Una positiva respuesta a la permanente inquietud manifestada por los habitantes de Coquimbo, se ha generado gracias a la realización del “Proyecto D-UNA: Restauración de dunas de playa La Herradura”, adjudicado por un valor de $4.000.000, desarrollado en un período de cinco meses. Este concurso forma parte del Fondo de Protección Ambiental (FPA) del Ministerio del Medio Ambiente.

La iniciativa fue impulsada por la Asociación Indígena Cultural Elke, conjuntamente con la I. Municipalidad de Coquimbo, Surgencia ONG, el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) y el Proyecto Adelaida; las que efectuaron campañas de limpieza de basura, habilitación de senderos ecológicos y enseñaron técnicas de restauración para mitigar la degradación de la duna.

Recuperando espacios naturales

En el proyecto D-UNA se trabajó en medidas de mitigación y prevención de impactos ambientales en las dunas o sistema dunario de la playa La Herradura. Es por ello, que se hicieron campañas de educación ambiental, enfocadas en limpiar y restaurar el lugar. Las charlas abordaron la importancia de los servicios ecosistémicos que dichos espacios naturales brindan a la comunidad.

Uno de los logros más importantes fue la habilitación de senderos peatonales y la instalación de “captadores de arena” que permiten recuperar la duna de su actual nivel de erosión. Además se bloquearon accesos clandestinos para vehículos y se instalaron carteles informativos con iconografía Diaguita.

En este sentido, Nelson Vásquez, académico del Departamento de Biología Marina de la UCN y coordinador del proyecto FPA D-UNA explicó “gracias al proyecto, hoy existen dos senderos marcados con polines y cuerdas, donde cada ciertos metros hay carteles informativos sobre diversos temas de las dunas, desde cómo se forman, cuáles son sus amenazas, cuál es su flora, etc. También hay atraparenas que evitan la erosión, cumpliendo el mismo rol de la vegetación, de tal manera que se vayan generando estas dunas primarias o cúmulos para posteriormente ser recolonizadas.”

La duna de La Herradura es un pool genético de mucha vegetación que es autóctona, nativa y endémica de nuestra región. Es un espacio de recreación para que la gente disfrute el caminar libremente por los senderos creados y puedan conocerla, disfrutarla y rememorar recuerdos.

Por su parte, Carolina Herrera, presidenta de la Asociación Indígena Elke de Coquimbo, promotora de la iniciativa, destacó su importancia en cuanto al patrimonio histórico de la región, aclarando que “este proyecto simboliza el esfuerzo colectivo, desde los profesionales de las ciencias y nuestra responsabilidad como pueblo originario Diaguita, reconociendo el aspecto territorial de pueblos preexistentes en este caso, el pueblo Diaguita en una convivencia milenaria con los hermanos del pueblo Chango, porque hay una alianza y una hermandad que no se rompe con nada.”

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