La primera vez que alguien denunció a Karadima fue en los años 80, cuando el rector del seminario le advirtió al emblemático fundador de la Vicaría de la Solidaridad sobre los abusos que cometía el entonces párroco estrella de El Bosque. No solo eso, quienes conformaron su círculo de hierro, su núcleo duro –Cristián Precht, Miguel Ortega y Raúl Hasbún–, ahora quedan expuestos ante el ojo público como parte de los protagonistas de los abusos sexuales cometidos por décadas en el seno de la Iglesia católica.

“Si hay alguien que permitió que esta Iglesia creciera, ese es Raúl Silva Henríquez”, dice un sacerdote que pide no revelar su nombre, porque mencionar al cardenal es como una herejía. Sin embargo, con dolor, no son pocos los religiosos que advierten que esa Iglesia católica de los abusos no surgió hace un par de años, sino que se fue consumando al alero de quienes, pese a que enfrentaron la bestialidad de la dictadura, hicieron la vista gorda ante conductas hoy enquistadas como una enfermedad terminal en dicha institución religiosa.

Las denuncias contra Fernando Karadima no surgieron recién. Seminaristas que vivieron la Iglesia católica de los 80, aseguran que el cardenal Silva Henríquez fue el primero en ser advertido de los abusos de conciencia del párroco de El Bosque. “El propio Benjamín Pereira, quien era rector del seminario visitó al cardenal para ponerlo en antecedentes y le dijo que había que hacer algo con Karadima. Se quejó con él no una vez, sino que mil veces, porque era una situación conocida, que nos tenía a muchos inquietos”, cuenta un sacerdote que supo en esos años de los intentos por llevar a las más altas esferas lo que ocurría con el párroco que, décadas más tarde, se convertiría en la principal hebra para sacar a la luz los casos de abusos de menores dentro de la Iglesia.

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Fuente: elmostrador.cl

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