El mensaje es claro: al igual que los dinosaurios, la tauromaquia debería formar parte del pasado. ¡Mira el video y cuéntanos qué opinas de esta campaña!
A veces parece difícil de comprender que en pleno siglo XXI la tortura de animales siga formando parte de nuestra idea de diversión
Pero la cruda realidad sigue vigente. Además de los zoológicos, los circos y demás espectáculos con animales, la tauromaquia todavía es un negocio rentable, protegido y aclamado por ciertos sectores de la sociedad.
Las corridas de toros como las conocemos hoy en día comenzaron en el siglo XII en España y con el paso del tiempo se extendieron a otros paísescomo Portugal, Francia, Italia, México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador o Costa Rica.
Aunque los partidarios de las corridas de toros defienden la tradición y la simbología del espectáculo, no se puede negar que la tauromaquia es una forma de maltrato animal.
Por supuesto clavar banderillas en el toro hasta recibir la estocada final es la parte del espectáculo más visiblemente cruel. Sin embargo, no se debe olvidar que la corrida en sí se centra en obligar a un animal a enfrentarse contra un ser humano que lo marea, lo humilla y lo tortura -incluso si al final no lo mata-.
Aunque el toro tenga la capacidad suficiente para enfrentarse a un torero, este animal no ha decidido salir al ruedo por propia voluntad. En realidad se ve forzado a realizar comportamientos antinaturales en una situación extremadamente estresante, aterradora y dolorosa.
¿De verdad un espectáculo basado en el sufrimiento de un animal puede formar parte de la diversión del siglo XXI?
Con esta idea en mente la Federación Francesa de Lucha para la Abolición de las Corridas (FLAC) ha realizado una campaña con un mensaje muy claro: al igual que los dinosaurios, las corridas de toros deberían formar parte del pasado.
La campaña se basa en el vídeo que abre este artículo, donde podemos ver a un velociraptor siendo tratado como un toro en una corrida de toros. Al final de las imágenes se puede leer: “¿Te parece que esto pertenece a otra época? Sin embargo, todavía es actual”.
En Francia la tauromaquia está considerada Patrimonio Cultural Inmaterial. Pero al mismo tiempo el maltrato animal está penado en el código francés con dos años de cárcel y una multa de más de 30.000 euros.
A raíz de esta contradicción y gracias a la presión de los grupos antitaurinos, se prohibieron las corridas de toros en más del 90% del territorio francés. De hecho, los sondeos confirman que la mayoría de los franceses están en contra de la tauromaquia.
Sin embargo, estos espectáculos taurinos pueden seguir celebrándose en más de sesenta localidades del sur donde ha conseguido demostrar que la tauromaquia ha formado parte de su cultura local de manera ininterrumpida.
De esa manera la ley de Patrimonio Cultural Inmaterial queda por encima de la ley contra el maltrato animal porque la tradición parece pesar más que los derechos de los animales.
La situación es parecida en otros países: la ley permite las corridas de toros pero muchas comunidades han decidido abolir un espectáculo cruento que en su mayoría está subvencionado con dinero público.
Y ustedes ¿piensan que el maltrato animal como espectáculo es una tradición que merece la pena conservar en pleno siglo XXI?
Fuente: bioguia tv