Esteban Cárdenas, un joven malabarista chileno, ha pasado de las calles de Puerto Montt a triunfar en el prestigioso Festival Iberoamericano de Circo en Madrid, demostrando que la perseverancia y el talento pueden abrir puertas a nivel internacional.

Desde los 11 años, Esteban Cárdenas ha dedicado su vida al malabarismo, no solo como una forma de subsistir, sino también como un escape a las dificultades económicas que enfrentaba su familia.

Criado en un humilde barrio de Puerto Montt, el joven artista encontró en los malabares una herramienta para transformar su vida, y recientemente su dedicación lo llevó a ganar el primer lugar en el Festival Iberoamericano de Circo (FiRCO), celebrado en el Teatro Circo Price de Madrid.

Un sueño que comenzó en los semáforos

Cárdenas, quien ahora tiene 24 años, recuerda cómo empezó a practicar malabares para ayudar a su familia cuando aún era un niño.

En un principio, utilizaba pelotas caseras hechas de papel y cinta adhesiva, hasta que pudo mejorar sus herramientas de trabajo. A los 11 años, comenzó a actuar en los semáforos de Puerto Montt, descubriendo que su arte le permitía generar ingresos para adquirir lo que su familia no podía costear.

A lo largo de los años, Cárdenas ha perfeccionado su técnica, logrando alcanzar ocho récords mundiales en su disciplina. Su habilidad le ha permitido viajar por diferentes países, incluyendo Estados Unidos y varias naciones de Europa, aunque sigue realizando sus presentaciones en las calles de Santiago de Chile, donde vive actualmente.

Del semáforo a la gloria internacional

A pesar de su éxito en el mundo del malabarismo, Cárdenas reconoce que su verdadera aspiración es dejar atrás las actuaciones en los semáforos y dedicarse por completo a su arte en un escenario profesional.

En una reciente entrevista, reflexionó sobre las dificultades de trabajar en la calle, donde, después de horas de esfuerzo, a veces solo recibe pequeñas sumas de dinero. “¿Solo valgo 15 dólares después de todo lo que hago en el semáforo?”, se pregunta.

Para el chileno, participar en el FiRCO fue una oportunidad para mostrarse ante el mundo y demostrar su valía más allá de las calles. A pesar de entrenar solo en los semáforos de Santiago, logró destacar en una competencia internacional, superando a artistas de países con mayores oportunidades y recursos.

Este primer lugar en el FiRCO y el Premio Circontinentes marcan un antes y un después en la carrera de Cárdenas, quien espera que su talento finalmente sea reconocido a nivel global y que esto lo lleve a cumplir su sueño de dedicarse por completo al circo, lejos de los semáforos.

Con una historia inspiradora de perseverancia y superación, Esteban Cárdenas se convierte en un ejemplo de cómo el arte puede transformar vidas, incluso en las circunstancias más difíciles.

By Editor

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