El Festival Afluente marcó su debut en el Teatro Municipal de Vicuña, destacando por su diversidad musical y una cálida acogida del público.

Vicuña vivió una especial noche de música y cultura con la primera edición del Festival Afluente, celebrado el pasado viernes 17 de noviembre en el Teatro Municipal, a partir de las 19:00 horas. Este evento, que reunió a variadas expresiones de la música original, todas originarias de la Región de Coquimbo, se destacó por su ambiente inclusivo y familiar, atrayendo a un público de todas las edades.

Rodrigo Rivera, productor de la Corporación Cultural Municipal de Vicuña, comentó sobre el evento: “Estamos satisfechos con la respuesta del público. Ver a familias enteras disfrutando de nuestra música local es un indicativo del interés y el apoyo a la cultura en Vicuña”.

La noche comenzó con la presentación del trío rock Pimiento Cósmico, cuya actuación introdujo al público a sonoridades propias del blues, la psicodelia y el borde más clásico del rock. La banda, con su estilo distintivo, mostró un arsenal de efectivas canciones de fácil recordación, concisas y redondas. El trío cumplió con creces el desafío de abrir esta especial velada.

The Cream continuó el espectáculo, con lo justo y básico para generar dinámicas atractivas en escena: una pareja de carismáticos vocalistas aportando energía y dinamismo sobre bases que bien mezclaron rap, funk, trap y afrobeat con sonidos de otras variantes musicales. Las letras del dúo, que hablan desde los desafíos del día a día en familia hasta reflexiones sociales y ecologistas, conectaron con buena parte de la audiencia.

Desde Ovalle, la banda Rulo Cabrera Trío llevó al escenario su sonido único, que fusiona giros, distorsiones y pirotecnias rítmicas y melódicas propias del rock progresivo y metal, con elementos del folclor del altiplano chileno. Su música y contenido lírico, resonando con las raíces culturales del norte grande y norte chico, resumió en muchos aspectos la curatoría diversa de esta cita musical.

El turno de Oscar Hauyon trajo sonidos de otra rama del espectro popular al festival, paseándose desde el synthpop hasta el rock industrial, junto al guitarrista elquino Felipe Marcello y el baterista Eduardo Arriagada. De los 20 años de resilentes andanzas musicales de este proyecto cantautoral por las regiones Metropolitana y de Coquimbo, Hauyon se focalizó en su última década, correspondiente a su residencia en Vicuña.

Cerrando el evento, Anementus ofreció una actuación que reflejó su crecimiento y cohesión como banda. Su mezcla de improvisación y climas jazzísticos, guiados bajo una flexible estructura musical popular, dejó una impresión de búsqueda equilibrada entre la accesibilidad del formato canción, con huidas ocasionales hacia terrenos más virtuosos, con climas bien logrados de teclados y guitarra, junto a un bajo sinuoso y desafiante.

El éxito del Festival Afluente radicó en su capacidad para ofrecer un espacio donde la música original y la comunidad se encontraron de manera armoniosa. La respuesta positiva del público, incluso frente a la oferta de otros eventos en la ciudad, reafirmó el lugar que tiene la música en el corazón de Vicuña. Este evento sienta las bases para futuras ediciones, fortaleciendo la escena musical y cultural de la región.

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