Desde que se iniciara el proceso de distribución –que fue articulado en tiempo récord–, ha sido fundamental el trabajo junto a las manipuladoras de alimentos, cuya tarea se ha enfocado en el armado de canastas.
De norte a sur, en cada rincón de
Chile, los beneficiarios del Programa de Alimentación Escolar y de Párvulos se
encuentran recibiendo su quinta canasta individual de alimentación. Este proceso
inédito de distribución de alimentos liderado por el Ministerio de Educación,
que se gestó y ejecutó de manera rápida y eficaz tras la suspensión de las
clases presenciales en el mes de marzo, ha podido ser llevado a cabo gracias al
trabajo coordinado con las 36 mil trabajadoras manipuladoras de alimentos,
comunidades educativas, empresas proveedoras, alcaldes, funcionarios públicos,
de las Fuerzas Armadas, y otras personas e instituciones vinculadas a este
beneficio.
“Cumpliendo con el mandato del Presidente esta
semana hemos alcanzado la entrega de 8 millones de canastas de alimentación
escolar, en un proceso de distribución muy complejo, que ha sido posible
gracias al compromiso de muchas personas y en especial, gracias a la labor de
más de 36 mil manipuladoras de alimentos. Su aporte y trabajo a lo largo de
todo Chile, ha sido fundamental para que los niños beneficiados por el Programa
de Alimentación Escolar sigan recibiendo un apoyo tan importante como el de la
alimentación”, señaló el Ministro de Educación, Raúl Figueroa.
A
la fecha, el Ministerio de Educación, a través de la Junta Nacional de
Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) ha entregado ocho millones de canastas,
equivalente a más de 240 millones de raciones (120 millones de desayunos y 120
millones de almuerzos), en un despliegue único y cuyo objetivo desde un
inicio, ha sido no interrumpir el beneficio de alimentación de miles de
estudiantes por la suspensión de clases presenciales.
Es así como, desde hace algunos días, se está realizando el quinto ciclo de entrega de canastas individuales, las que serán recibidas por 1.840.000 estudiantes en 12.500 establecimientos. Se trata de un operativo que se encuentra en pleno desarrollo y que está destinado a cubrir las necesidades nutricionales de un beneficiario (desayuno y almuerzo) por 15 días. Desde que comenzara la entrega de canastas, el Ministerio de Educación ha distribuido 96 mil toneladas de alimentos.
Sin importar la ubicación geográfica y
con la colaboración de otros organismos, las canastas han llegado a
beneficiarios de todo el país, como ha ocurrido en Colchane (a 3.800 metros sobre el nivel del mar), Rapa Nui,
en las islas Juan Fernández o al Paso el León (zona fronteriza con Argentina).
“Para
nosotros no hay imposibles a la hora de llegar con los beneficios a los
estudiantes más vulnerables del país. Aun cuando estamos frente a un contexto
complejo y desconocido para todos, las canastas de alimentación llegan a todas
partes, como ocurre con Puerto Edén, un lugar de difícil acceso, pues se llega
haciendo un viaje de 27 horas en barco”, explicó el Director Nacional de
Junaeb, Jaime Tohá.
Aporte nutricional
Las canastas individuales de alimentación son entregadas a estudiantes beneficiarios del Programa de Alimentación Escolar y de Párvulos que, previo a la suspensión presencial de clases, hayan asistido regularmente al comedor del establecimiento educacional.
Cabe destacar que la administración de esta entrega recae en cada establecimiento educacional, pues sus autoridades son quienes mejor conocen la realidad de sus estudiantes.
Las canastas, en promedio, aportan 1.300 calorías, por lo que cada estudiante recibe una alimentación rica, nutritiva, saludable y, sobre todo, completa, con frutas y verduras frescas, legumbres, entre otros productos, que aportan lo necesario para que su organismo se mantenga sano y desarrolle sus variadas y complejas funciones.
Protocolo de seguridad
Para evitar la propagación del contagio por Covid-19, Junaeb estableció las medidas correspondientes en los lineamientos operativos de entrega de las canastas, donde se prioriza la entrega en espacios al aire libre, tales como patios, multicanchas y pasillos, entre otros.
De no ser posible, la entrega se hará en los lugares que determine el encargado del establecimiento, procurando la ventilación constante del lugar y con espacio suficiente. En el caso que la entrega se efectúe en un lugar cerrado, las personas deberán ingresar de a una a la vez y la zona de espera deberá estar en un lugar abierto.
Para evitar el contacto entre las personas, en el caso de que el espacio disponible no sea suficiente, el establecimiento deberá limitar el ingreso a un máximo de personas al mismo tiempo, o bien tomar otras medidas en el mismo sentido.
Asimismo, se estableció un sistema de entrega en que se garantiza la distancia de al menos dos metros entre una persona y otra (ejemplo: cintas adhesivas que marquen en el piso la distancia que se deberá respetar). Además, para evitar el contacto entre personas se dispone de un sistema que permita al individuo tomar por sí mismo la canasta, manteniendo la distancia suficiente con el encargado del establecimiento.