En el marco del Día del Medio Ambiente, Naciones Unidas ha reforzado la importancia de transformar estos residuos en nuevas materias primas o productos, a fin de reducir la contaminación que producen en un 40% de acá al 2040.
El abuso del consumo de plásticos y el poco avance en torno a su correcta gestión es un tema que está al centro del debate. Cada año, el mundo produce aproximadamente 300 millones de toneladas de residuos de este material y sólo el 14% se recolecta para el reciclaje. Dicho de otro modo, de todos los desechos plásticos que se han producido en nuestra historia, sólo el 9% se ha reciclado. Son estas cifras, entregadas por Naciones Unidas, las que explican que este 2023 el Día Mundial del Medio Ambiente haya definido como tema principal el combate de esta problemática, motivando acciones concretas para avanzar hacia una verdadera economía circular.
Chile no escapa de esa realidad pues las tasas de reciclaje efectivo no alcanzan el 10%. Además, todavía no se consolida una cultura en torno a estos hábitos y las personas cometan distintos errores que llevan a que los desechos, finalmente, no puedan ser reciclados. Pero ¿en qué nos equivocamos al momento de reciclar nuestros plásticos? Acá te lo contamos para que tomes nota y seas un mejor agente de cambio.
Asumir que todos los plásticos son lo mismo. A simple vista pareciera que sí, pero hay distintos tipos y, lo más importante, no todos pueden ser reciclados ¿Cómo identificarlos? Revisa en el envase el número que contiene el símbolo de reciclaje que usualmente está en la base o etiqueta. Hay 7 categorías de plásticos utilizados en la fabricación: PET (1), HDPE (2), PVC (3), LDPE (4), PP (5), PS (6) y otros (7). Los marcados con (3), (6) y (7) no pueden ser reciclados en Chile.
No preparar los desechos de forma adecuada. No basta con identificar el plástico y separarlo, además tienes que quitar la tapa, etiquetas, secar y aplastar para que lleguen a su destino en buenas condiciones. Si un envase llega sucio, o con restos de material orgánico, probablemente no logre incorporarse a la cadena de reciclaje. Junto con eso, recuerda no combinar diferentes tipos de plástico pues eso también entorpecerá el proceso.
Creer que el plástico PET está sólo en las bebidas. Lo cierto es que el PET, que se identifica con el número (1), no sólo es usado en la mayoría de las botellas de aguas y bebidas, sino también en contenedores para alimentos, como los usados para delivery y pastelería, y hasta en envases de aceite. Es fundamental saber esto, ya que se trata del material más abundante y, por tanto, el protagonista de la revalorización de residuos. Desde Integrity, emprendimiento chileno que se dedica a reciclar todo tipo de envases de PET y los transforma en materia prima para nuevos productos, aseguran que sus grandes ventajas son ser un polímero ligero, flexible, que no corta y que además genera menos huella de carbono en su elaboración. Gracias a eso, sólo en 2022 reciclaron más de 4 mil toneladas de plástico PET para crear nuevos productos con un 90% de PET reciclado.
Considerar estos consejos es clave para tomar acción y contribuir a frenar el daño medio ambiental, e incluso a la salud humana, que esta basura está provocando. De todos depende aportar a la meta de reducir en un 40% la contaminación por plásticos antes del 2040.