- El Mineduc junto a trece universidades están trabajando en conjunto para mejorar el clima escolar y promover el bienestar en escuelas y liceos a través del programa “A convivir se aprende” del Plan de Reactivación Educativa.
- Según una encuesta realizada en más de 700 establecimientos, la violencia entre estudiantes es la principal problemática en convivencia escolar que enfrentan las comunidades.
En la Sala Andes del Museo de Arte Precolombino, el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, se reunió este martes con más de 30 directores y directoras de establecimientos educativos de la Región Metropolitana que son parte del programa “A convivir se aprende”, una innovadora iniciativa del Plan de Reactivación Educativa dirigida a mejorar el clima escolar en establecimientos priorizados.
El programa fue creado en 2022 e inició con acciones en 60 comunas priorizadas. Este año se amplió su alcance llegando a 100 comunas en todo el país y, debido a sus buenos resultados y la positiva recepción por parte de las comunidades educativas, alcanzará a 160 comunas desde 2024. La inversión total del Mineduc entre 2022 y 2025 será de $7.400 millones.
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, junto a las subsecretarias de Educación, Alejandra Arratia, y de Educación Parvularia, Claudia Lagos, estableció un fructífero diálogo con las directoras y directores de establecimientos educativos beneficiarios del programa ‘A convivir se aprende’”, e indicó que el objetivo de esta iniciativa “es fortalecer a los equipos de gestión y de convivencia escolar de los establecimientos educacionales, desarrollando sus competencias y habilidades para prevenir la violencia escolar, promover el bienestar y mejorar la convivencia educativa”.
En la instancia, el secretario de Estado señaló que “el cierre de las brechas educativas no sólo se logra desde el desarrollo de las asignaturas, que también es nuestra preocupación, sino que es imprescindible considerar que el clima escolar, la convivencia, la interacción son una condición basal para que se pueda producir un correcto aprendizaje y para que convirtamos a cada centro educativo en un espacio de bienestar, de acogida, en donde niños, niñas y jóvenes quieran asistir todos los días para aprender. Esa es la tarea que tenemos”.
El programa “A convivir se aprende” contempla tres mecanismos de apoyo a las comunidades educativas, los cuales se despliegan en las 16 regiones del país y con el apoyo de 13 universidades.
Sobre este punto, la subsecretaria Alejandra Arratia explicó que “en primer lugar, se implementan redes comunales, donde se invita a los equipos de convivencia de los establecimientos de cada comuna para intercambiar experiencias y desarrollar habilidades de gestión de la convivencia, con el acompañamiento de equipos de una universidad y el Mineduc. En segundo lugar, se lleva a cabo una intervención directa a los establecimientos focalizados, en la que los equipos de la universidad a cargo del territorio brindan un acompañamiento directo a los equipos educativos. Y en tercer lugar, se realizan talleres de formación dirigidos a docentes, equipos de convivencia, de gestión, profesionales de apoyo psicosocial o asistentes de la educación respecto a temas relevantes para cada territorio, como el abordaje de la violencia escolar, el rol de profesores jefes, el aprendizaje socioemocional, la salud mental escolar, entre otros”.
Resultados favorables
Según informaron las autoridades, a la hora de escoger a las comunas priorizadas se consideran un conjunto de indicadores como: número de denuncias reportadas por la Superintendencia de Educación, consulta regional a través de las Secretarías Regionales de Educación, índice de Vulnerabilidad Escolar (IVE-SINAE) y criterio de urgencia aplicado por desastres socio-naturales ocurridos en febrero de 2023 en la zona sur del país.
Natalia Contreras es directora de la Escuela Casa Azul de La Granja, una de las comunas priorizadas en la Región Metropolitana. “Desde el año pasado participamos del programa. Para nosotros fue de gran ayuda, ya que, los equipos técnicos nos escucharon, nos conocieron, valoraron nuestras necesidades, y nos ayudaron a formarnos en convivencia escolar, pero principalmente en sentir que no estamos solos, sino que tenemos el apoyo. A través del programa pudimos advertir que no solo los estudiantes estaban, de alguna forma, con problemas psicosociales, sino que también había un equipo muy cansado, un equipo que volvía después de todo lo que significó la pandemia, y que necesitábamos herramientas, y eso es lo que nos entregó el programa principalmente, herramientas para las intervenciones en crisis”, indicó.
Encuesta
Durante la actividad, se entregaron los resultados de la Encuesta “Prácticas de gestión y situaciones problemáticas de la convivencia escolar”, aplicada por el Centro de Investigación para la Educación Inclusiva a casi 1.400 personas, en representación de más de 700 establecimientos educacionales participantes del programa.
Consultados sobre los principales problemas en convivencia escolar que preocupan a las comunidades educativas; el 69,6% de los encuestados mencionó entre sus preferencias la violencia entre estudiantes, el 68,8% al desgaste emocional de equipos de gestión, docentes y asistentes de la educación, y el 41,7% desgaste profesional de equipos de gestión, docentes y asistentes de la educación, y un 32% el acoso entre estudiantes.
Además, consultados sobre la valoración del programa “A convivir se aprende”, los resultados mayoritarios a nivel nacional indican que, al iniciar el programa, este era percibido como una estrategia que les iba a “gustar” (aceptabilidad), que iba a ser “bueno para mi escuela” (apropiación) y que iba a ser “posible de implementar” (viabilidad). En tanto, al finalizar la implementación inicial del programa, estas percepciones positivas aumentaron, sugiriendo que el programa es percibido como una solución viable al problema de la violencia escolar y la necesidad de fortalecer estrategias de gestión de la convivencia escolar.