Facilitar la vida de las personas, “desnotarizando” una cantidad importante de trámites, incorporar mayor tecnología y transparencia, acercarnos a los sectores rurales, llevando trámites a sus puertas y no siendo estas personas quienes deban trasladarse a las Notarías, que en su mayoría se encuentran sólo en ciudades, es nuestro objetivo como Gobierno, por lo que estamos impulsando una reforma al sistema notarial y registral que se traduzca en un cambio sustancial en la experiencia que vive la gente cuando va al notario, con mejores estándares de atención, y con procesos más rápidos, que no les signifique perder su tiempo, ni su plata, innecesariamente.

En este sentido, la reforma es bastante amplia y profunda, ya que traerá mayores estándares de transparencia para la función notarial, aumentará la competencia con la creación de los fedatarios, disminuirá los niveles de discrecionalidad en los nombramientos e incorporará fuertemente el uso de nuevas tecnologías, de manera que ­­–por ejemplo– todas las notarías tengan trámites en línea y publiquen en sus páginas web el detalle de sus servicios con los respectivos precios.

Nuestro objetivo es dar mayor y más fácil acceso a los usuarios, agilizando los tiempos de espera, evitando las filas y disminuyendo los costos.

Actualmente el proyecto ha cobrado aún más fuerza, porque lo normal es que las personas salgan a la calle para ir al notario, porque necesitan hacer sus trámites, teniendo que pedir permisos, dejando de cumplir sus cuarentenas y exponiéndose al Coronavirus. Sin embargo, si tuviéramos nuestra reforma aprobada, lo podríamos evitar, ya que varios de esos trámites se habrían terminado o se podrían hacer en línea.

Esperamos que prontamente este proyecto de desnotarización avance en el Congreso y podamos contar con los avances que la sociedad y la salud espero y contemos con notarias más simples.

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