El proyecto “Música en mi Escuela” de Fundación Chile Violines, financiado por el Fondo de Cultura Tradicional del Gobierno Regional de Coquimbo, llevó a elencos musicales a realizar conciertos educacionales en localidades rurales de las tres provincias de la región. Escuelas y jardines infantiles en Andacollo, La Higuera, Punitaqui, Illapel, Río Hurtado y Canela fueron escenario de esta iniciativa. Además, la fundación desarrolló un libro pedagógico especialmente diseñado para motivar la educación musical en las niñas y los niños beneficiarios, conectando temáticamente con la experiencia vivida durante los conciertos.
Entre octubre y diciembre de 2024, Fundación Chile Violines desplegó con éxito en diferentes comunas de la Región de Coquimbo el proyecto “Música en mi Escuela: Ciclo de Conciertos Educacionales en Zonas Rurales”, financiado por el Gobierno Regional de Coquimbo a través del Fondo de Cultura Tradicional, Convocatoria 2024. Esta hermosa iniciativa logró impactar a comunidades escolares de sectores apartados en las tres provincias de la región, promoviendo el acceso a experiencias artísticas significativas.
Durante 12 conciertos realizados en localidades como Andacollo, La Higuera, Punitaqui, Illapel, Río Hurtado y Canela, el Cuarteto Boros, ensamble residente de la fundación, y el Cuarteto Nothofagus se presentaron ante niños, niñas y adolescentes que, en muchos casos, tuvieron su primer acercamiento a la música de cámara. Las escuelas intervenidas incluyeron tanto establecimientos pequeños con sistemas de unidocencia, como planteles más amplios y departamentos de educación, ofreciendo un panorama diverso de realidades sociales y educativas. Cada presentación no solo incluyó una selección musical adaptada a los contextos locales, sino también un espacio interactivo donde los estudiantes conocieron de cerca los instrumentos y dialogaron con los músicos.
El recorrido del proyecto “Música en mi Escuela” abarcó localidades rurales y apartadas de la Región de Coquimbo, evidenciando la dedicación del equipo de Fundación Chile Violines por llevar esta experiencia única a cada rincón. En la provincia de Elqui, se intervinieron las escuelas Luis Amenábar y Padre Blas en Andacollo el 21 de octubre, así como la Escuela San Andrés en Chungungo y la Escuela Punta de Choros, ambas en la comuna de La Higuera, el 23 de octubre. En Limarí, las presentaciones llegaron a la Escuela Graneros y la Escuela Municipal La Granjita de Punitaqui, el 27 de noviembre. Posteriormente, en Illapel, se visitaron la Escuela San Isidro de Cuz Cuz y la Escuela de Coirón los días 28 y 29 de noviembre.
El ciclo cerró con intervenciones en la Escuela Samo Alto y la Escuela de Tabaqueros de Río Hurtado, el 2 de diciembre, así como en la Escuela Carquindaño y la Escuela Canela Alta de Canela, el 9 de diciembre. Cada lugar recibió con entusiasmo estas presentaciones, que culminaron con la entrega del libro pedagógico “Explorando el Mundo de la Música”, un recurso diseñado para despertar la curiosidad y fomentar el aprendizaje musical en las y los estudiantes, conectando directamente con la experiencia artística vivida.
Carolina Ramírez, directora ejecutiva de Fundación Chile Violines, subrayó el valor de este proyecto como un espacio de encuentro entre la música y las comunidades rurales. “Estos conciertos han fortalecido la conexión con el arte en territorios donde las iniciativas culturales no siempre llegan con frecuencia. Más allá de compartir música, hemos contribuido a que niños y niñas descubran nuevas formas de expresión y creatividad, reafirmando que el acceso a la cultura es un derecho de todas y todos. Este trabajo no habría sido posible sin el compromiso y la colaboración de los educadores de cada establecimiento, quienes desempeñan un rol invaluable en el desarrollo integral de sus estudiantes y nos ayudaron a enriquecer cada una de estas estaciones de la gira,” expresó.
El proyecto, que implicó una logística desafiante y un profundo trabajo de equipo, se consolidó como una experiencia transformadora tanto para las comunidades intervenidas como para los músicos. Más allá de los resultados inmediatos, dejó una huella significativa al fortalecer el tejido social y democratizar el acceso a las artes, reafirmando la misión de Fundación Chile Violines de descentralizar la cultura y construir un legado educativo y artístico para las futuras generaciones.